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Continuus Nexus de Leyendas del Sol Negro

El Mordus es una de las facciones más interesantes dentro de la línea espacio-temporal de Leyendas del Sol Negro y dentro del Continuus Nexus. Este artículo abordará un resumen de su historia.

Son una de las facciones más interesantes de la galaxia Exodus y quizás una de las más antiguas. Vamos a repasar un poco lo que sabemos de ellos.

En la Tumba Estelar, el primer libro de la saga de Leyendas del Sol Negro, se menciona ya en el primer capítulo a una astronave, un antiguo destructor Mordus destruido desde hacía siglos y a la deriva, que es donde está alojado el sarcófago que guarda a Sael.

 

Se comenta que hubo expediciones Mordus a los sistemas Jove y Antara, unos mil quinientos años estándar antes. Por tanto, es de suponer que esta facción tiene mucho que decir sobre la aparición de Sael en esta historia. Aunque por lo visto, no consiguieron sus fines.

La siguiente mención que encontramos al Mordus en los libros, es para referirse a un Maestro de Maná, pronto desarrollaremos este tema, pero al que nos referimos es a uno de los personajes principales y más repelentes de la trama, nos referimos por supuesto al Maestro de Maná, Ardel Nomah.

Los rapados y tatuados Maestros de Maná Mordus, suelen parecer débiles y enfermizos con rostro anguloso y cadavérico.

 

La sociedad Mordus es compleja y tienen todo tipo de ciudadanos, pero los que les gobiernan son los clones llamados Maestros de Maná. Aquí ya se nos describen de la siguiente forma: Maestros de Maná con el condicionamiento Mordus, que incluía su condición célibe, y su adoctrinamiento religioso, que se reflejaba en su calva afeitada característica.

 

Su apariencia se conformaba por una toga gris y el tatuaje negro de una rama del Árbol de la Vida ascendiendo por su cuello, y que era el símbolo de la secta.

 

Es común que los Mordus tengan un saquito de tela que llevaban colgado y que suelen guardar en una pequeña caja metálica de color gris.

La caja tenía un cerrojo biométrico, sellado por ADN, que al pulsar un botón de la caja muestra una colección de decenas de pequeñas cápsulas azules. Con un cuidado exquisito, y entre sus normalmente finos y huesudos dedos.  Antes de tomar el Maná, suelen observar con una avidez, casi sexual antes de consumir. Abren la boca y ponen el sacó en su lengua trémula para extraer la cápsula sobre esta. Al instante suelen recoger su lengua, cierran la boca y la tragan.

 

Aquella sustancia era la razón por la que los altos maestros Mordus, recibían el sobrenombre de Maestros del Maná, pues consumían la sustancia que recibía aquel antiguo nombre bíblico. Según el antiguo manuscrito religioso de la era preespacial en la vieja Terra; el Maná fue el pan enviado por el Señor de los Ejércitos de los hebreos para alimentarlos, de forma diaria, durante su larga travesía de cuarenta años por el desierto, como penitencia por falta de su fidelidad, hasta que toda la generación de los impuros hubo fallecido… y eso era precisamente el Maná para los Mordus.

 

El Maná provenía de las oscuras e impenetrables selvas del aislado mundo de Kalaran, capital del Estado Mordus, lugar donde se había desarrollado toda su siniestra civilización centrada en la manipulación genética y la ciencia de la clonación. Todo, según su credo, para luchar contra los avances tecnológicos de la Mente Máquina, manifestada en su forma más satánica en el Axia, que en dos ocasiones estuvo a punto de acabar con la especie humana. Por esta razón el Mordus, al menos públicamente rechazaba el uso de cualquier androide o computador con inteligencia artificial avanzada y ponía todo su empeño y fe en su oscura ciencia y en la adoración de los más antiguos y siniestros dioses del Caos. Algo que en la época imperial les había valido para obtener una gran sintonía con los señores Estirpe que gobernaron en los primeros siglos de la era imperial.

Sintetizado de las plantas de Kalaran, el Maná, adquiría su tonalidad azulada. Sus consumidores sentían un éxtasis sexual al tomarlo. Aunque esa sensación colateral disminuía con los años.

El Maná provocaba una dependencia mortal y cambios irreversibles en sus consumidores. Sí se dejaba de tomar, aquel que lo consumía moría de una forma lenta y muy dolorosa. Por el contrario, sus efectos beneficiosos compensaban sobremanera ese pequeño inconveniente. El Maná aumentaba las capacidades cerebrales de forma pasmosa y prolongaba la vida y salud de los órganos, ayudando a que estos fueran reemplazados con mayor facilidad y menos posibilidades de rechazo, haciendo a los Maestros de Maná mucho más longevos. El final por agotamiento, tras siglos de reemplazos, les llegaba igualmente. El colapso, tan conocido por otros potentados de la esfera humana que se podían permitir el intercambio de órganos clonados, era el fin. El colapso, aunque mucho más tarde, se producía inevitablemente, pero antes, con el transcurrir de las décadas, el Maná les iba dando esa apariencia enfermiza y desagradable que tenía el viejo Ardel Nomah.

Gracias a las capacidades sensoriales y cerebrales aumentadas, no era infrecuente ver a Maestros de Maná con Condicionamiento Reconocido en la Ciudadela de Mordus, prestaran sus servicios en todo tipo de gobiernos humanos repartidos por toda la esfera conocida. Prestaban servicios como médicos, consejeros estrategas o en cualquier otra rama científica. Todo a un precio prohibitivo. Lógico: el coste de su principal vicio, la droga de Maná, era igualmente caro. Y a pesar de sus lealtades encontradas, todos y cada uno de ellos, al final, solamente eran fieles al Mordus y a su enigmática reina, la misteriosa Ellaria Clegane, que había sobrevivido por más de quince siglos, transfiriendo su conciencia completa a clones jóvenes de sí misma. Aquel, era un secreto guardado a voces a lo largo del imperio y por el que todos los gobernantes de la esfera humana, más tarde o temprano habían luchado y matado, siempre con infructuoso resultado. Pero aquel secreto, estaba solamente en manos de unos pocos elegidos que jamás salían de la Ciudadela Mordus.

 

En la historia estelar se menciona a esta facción en su creación en el 565 después del Exodus, Las posiciones arrynistas se recrudecían, y se hacen fuertes en la colonia de Kalaran, donde se prohíben los androides o cualquier forma de Máquina Pensante. Stannis Jovovich funda la secta fundamentalista humanista Arrynista, conocida más como los Mordus.

 

Tras un duro conflicto sindical entre las empresas exportadoras y los piquetes del espacio puertos de Kalaran. El Mordus asume el control de Kalaran y al poco tiempo se declara como un estado independiente de la Federación Colonial.

La Federación envía sus astronaves para socavar la rebelión y todo termina en un baño de sangre.

Kalaran continúa siendo uno de los nueve planetas coloniales, pero bajo un estado de sitio impuesto que ya no se levanta. Los Mordus son perseguidos y caen en la clandestinidad. Los androides son introducidos en la colonia por la fuerza.

 

En la última mitad del siglo sexto y la primera del séptimo tras la llegada al Exodus; Las tensiones entre las ocho colonias y Kalaran van aumentando y con esto las diferencias.

 

Mientras las ocho colonias fieles progresan económicamente, Kalaran se hunde en una gran depresión y hay hambrunas. Las rebeliones instigadas por el Mordus crecen y finalmente el Mordus se convierte en un grupo terrorista que atenta en las ocho colonias provocando centenares de muertos y mucha inquietud a lo largo de toda la Federación.

 

Un nuevo alzamiento en Kalaran concluye la toma del control planetario por un nuevo gobierno autoproclamado Mordus. Los androides son destruidos, y todos los edificios y fábricas de Industrias Sandor en el planeta, desaparecen.

 

Se inicia un bloqueo planetario por parte de la flota federal. Nadie puede entrar o salir de Kalaran, se suspende el tráfico de mercancías.

Finalmente, y ante la negativa a ceder del Mordus, el gobierno federal firma una tregua y las relaciones comerciales se recomponen, pero sin androides. Kalaran pasa a ser de facto, un estado libre e independiente de la Federación Colonial.

 

El Mordus establece un gobierno teocrático, dirigido por la figura de un Gran Maestre.

 

En Kalaran se funda la Ciudadela Mordus. Cuyo objetivo es crear humanos mejorados y capaces de realizar cálculos estratégicos al nivel de las máquinas. Para ello se da vía libre a los genetistas para que empiecen a condicionar la evolución humana.

 

Una droga potenciadora de la mente, denominada Maná, fue descubierta y sintetizada. El Maná era sintetizado y extraído de las selvas de Kalaran. Provocando una dependencia total en el consumidor, que si dejaba de tomarla moría irremediablemente. Como contrapartida, el consumidor de Maná, se volvía mucho más inteligente y bajo el Condicionamiento Mordus, un entrenamiento feroz y despiadado que despersonalizaba al individuo, y lo dejaba listo para ser reprogramado, convirtiéndolo en la Máquina Pensante Humana, que perseguía la secta.

 

Con el tiempo, estos monjes estrategas fueron llamados Maestros de Maná, y se convirtieron en codiciados colaboradores de todas las grandes corporaciones de la Federación, haciendo que el poder del Mordus aumentará, pues los Maestros de Maná, siempre serían fieles a la Ciudadela.

 

Los Maestros de Maná se especializaron en diferentes ramas de la ciencia y el conocimiento, desde la medicina a la industria o la guerra. El condicionamiento Mordus, que incluía su condición célibe, y su adoctrinamiento religioso, se reflejaba en su calva afeitada característica, sus vestiduras de toga gris y el tatuaje negro de una rama del Árbol de la Vida ascendiendo por su cuello, símbolo de la secta.

 

Hacia el 693, Ellaria Clegane, una Maestra de Maná, toma el control de los Mordus, y se autoproclama reina. En Kalaran se la venera como a una diosa.  A partir de ese momento, solamente los maestros de maná pueden optar a formar parte del clero Mordus.

 

La reina Ellaria, da su aprobación a la creación de clones y comienzan el cultivo de clones para la venta de órganos, o para fines sexuales, militares o de cualquier otro tipo, convirtiendo esta ciencia en una verdadera industria.

 

Las razones y circunstancias del ascenso de Ellaria Clegane al poder del Mordus jamás se aclararon, al igual que las oscuras situaciones que envuelven el descubrimiento del Maná, que algunos especulan, no era originario de Kalaran.

 

Durante las guerras de independencia entre finales del séptimo siglo y principios del octavo, Martel es un sistema rico en bexpar y otros minerales y su industria minera y de refinería va ganando peso, incluso por delante del poderoso y rico Korban, sede de Industrias Zorg.

 

Fuertes motines sindicales en Martel desembocan en un periodo de fuerte represión federal. Como consecuencia, los diferentes clanes pasan a la clandestinidad y se acaba creando el Sindicato Criminal de Martel.

El gobierno federal sigue hostigando a la población en Martel y el Sindicato llega a un pacto secreto con los Mordus, para colaborar en un primer alzamiento organizado contra el gobierno federal que cada vez es más débil.

 

A diferencia del Cisma Androide, el Sindicato si contaba con astronaves e incluso androides de combate de Sandor o clones soldado de Mordus.

El primer alzamiento del Sindicato resulta un éxito y toman el control de la capital y los espaciopuertos. Pero el gobierno federal, temiendo una nueva independencia en su frágil estado bombardea la capital de Martel y deja miles de muertos.

 

Tanis, Shada y Valindor se alzan en solidaridad con Martel y se declaran independientes de forma pacífica. Pero la flota federal tiene rápidamente una respuesta similar.

 

La Armada del Mordus, con agentes infiltrados en los cuatro sistemas beligerantes apoya los alzamientos, las dos flotas se encuentran en la Gran Batalla de Tanis, donde finalmente la Armada Federal es derrotada y debe capitular.

 

Martel, Tanis, Shada y Valindor se declaran estados independientes y firman un tratado de alianza con Kalaran, para apoyarse en forma de Liga. Si alguno de los nuevos estados es atacado por la Federación, el resto de mundos respondería en solidaridad.

 

La capital de la nueva Liga de Mundos Libres, se sitúa en Tanis.

La Federación prohíbe la venta de tecnología androide, de astronaves o combustible a estos cuatro mundos y comienza un periodo de aislamiento entre la federación y los cuatro nuevos estados.

 

Sin embargo, la unión de Mordus a la nueva Liga dura poco tiempo. Finalmente, Kalaran decide separarse, aunque mantiene acuerdos comerciales, diplomáticos y militares menores con la Liga. Su objetivo de debilitar a la Federación Colonial se había conseguido.

 

Tanto La Federación Colonial como La Liga, que es como comienza a llamarse a la unión de los cuatro estados independientes comienzan a construir estaciones estelares fijas en las postrimerías de las anomalías controladas por sus respectivos sistemas. Cualquier entrada o salida a través de estas anomalías, por parte de una astronave sin un transpondedor que emitiera una señal codificada válida era inmediatamente derribado por las torretas láser o las lanzaderas de misiles de las estaciones de control.  Igualmente, astrocazas de combate patrullaban el espacio fronterizo de uno y otro bando de forma constante.

 

Las escaramuzas y las pequeñas batallas entre unos y otros, se convirtieron poco a poco en una moneda de cambio habitual. Haciendo peligrar la paz casi a diario.

 

En el final de la segunda mitad del siglo VIII, Se inicia un periodo de paz tensa entre los estados humanos; La Federación Colonial, el Mordus y la Liga de Mundos Libres. El comercio aún es débil entre la Liga y la Federación, pero finalmente se va abriendo y se restablecen las rutas comerciales.

 

A principios del noveno siglo, El Pacto, publica la primera versión de la Enciclopedia de Exodus, o Enciclopedia Galáctica y la primera versión de las Cartas Estelares de Exodus, que establecen el nuevo universo humano en 33 mundos habitables, gestionados por las naciones Mordus, Federación Colonial y Liga de Mundos Libres.

 

Durante la rebelión Andalore, el Mordus fue una parte activa.

Durante la primera mitad del siglo noveno, Tras la independencia de Valindor, la pujante Shada sede de la Corporación Gauss y el delictivo Martel, cada vez más controlado por el Sindicato del Crimen, piden la disolución de la Liga y su independencia de Tanis. Repartiendo todas las nuevas colonias entre estos nuevos mundos.

 

El gobierno de Tanis se niega a aceptar las pretensiones de los partidos separatistas de Martel y Shada, y comienzan las tensiones y las manifestaciones que degeneran en fuertes disturbios, instigados por agentes espías de la Federación Colonial y el Mordus.

 

Dentro del Sindicato Martel, se crean tensiones por la forma de gestionar la crisis. Una escisión del sindicato, la más agresiva y radical, el clan Andalore, se separa del control del Sindicato del Crimen y comienza su andadura por separado.

 

Un terrible acto terrorista en Tanis, provoca miles de muertos, el clan firma la autoría y el Sindicato se desmarca, declarándolos heréticos.

Ante el horror de la atrocidad cometida el Mordus y la Federación también les declara criminales, y el Pacto les niega cualquier asilo. Por tanto, los Andalore pasan a ser proscritos y a vivir en la clandestinidad. Formando un gremio de asesinos mercenarios, que vivirá en la sombra y a la que todos los gobernantes acudirán cuando les sea necesario.

 

Finalmente, los Andalore se establecen en un mundo remoto y sin atmósfera, alejado a meses de trayecto de la Anomalía Estelar (AE) más cercana. Este mundo de ciudades subterráneas es la capital sagrada de los Andalore y se la nombra de la misma forma; Andalore Prime.

 

Durante el décimo milenio la guerra comercial entre las corporaciones Tyrell y Sandor recorta los precios de los mercados y favorece al Mordus, que continúa vendiendo sus esclavos genéticos clones.

 

Los cambios genéticos en los Maestros de Maná Mordus, hacen que poco a poco parezcan menos humanos. Sus ojos totalmente blancos, su piel extremadamente pálida o amarillenta y sus cuerpos endebles y delgados les dan una apariencia siniestra, junto con sus vestimentas; capas encapuchadas ceremoniales, gris oscuro.

 

El Mordus no protagonizó grandes eventos en este siglo, más allá y en la controversia de los acontecimientos relacionados con el descubrimiento de los Exo y las Tumbas estelares; referente a una momentánea unión de destructores de Mordus, la Federación y la Liga encontraron. Las Tumbas Estelares eran monumentales estaciones espaciales en órbitas erráticas, de configuración y apariencia similar a las naves estrelladas en Dakara. Pero cuando la flota trató de aproximarse descubrió que no podía, puesto que un ejército de drones de manufactura Exo, salió a su encuentro. Destruyendo prácticamente a toda la flota con una tecnología militar de rayos de energía desconocida, para la que ni los escudos, ni los casos de las astronaves humanas estaban preparadas. Un solo impacto bastaba para destruir cualquier nave alcanzada.

 

Finalmente, se determinó que los drones Exo, estaban ahí para proteger lo que se vino a llamar Tumbas Estelares. Quizás, los últimos vestigios funcionales de la tecnología perteneciente a la desaparecida raza Exo.

 

Con un acuerdo firmado por las 4 facciones, se prohíbe so pena de muerte, que cualquier astronave penetrara en estos sistemas. Aunque todos eran conscientes de que aún debía existir más de veinte de estos enclaves repartidos por la galaxia, aún pendientes de ser descubiertos.

 

Durante la guerra mutante o colectivista, que ya trataremos en artículos posteriores, baste comentar que por supuesto el temible Lux Koth era un Maestro de Maná Mordus y que durante este primer gran conflicto galáctico que se abordará en otro momento el Mordus actúa como mediador o luchando siempre en favor de la Liga y la Federación.

 

Al final de la guerra colectivista los delegados del Mordus en la Alianza, piden muestras de la sangre de Jonah Kheb y Jorah Kheb, para crear clones capaces de imitar su fuerza y la capacidad de manipular artefactos Exo. Pero tras un tiempo los Maestros se consideran incapaces de entender los genes y mucho menos de duplicarlos.

 

A principios del siglo once; Jorah Kheb entra victorioso en Corran, que ya es un mundo ciudad, completamente edificado y es recibido por los delegados de los cuatro estados; Mordus, Liga, Federación y El Pacto, pero no es hasta el año 1029 cuando disidentes Mordus, secuestran a Jonah Kheb para conducirle al remoto mundo de Vandal. Estos Maestros de Maná disidentes del Imperio, son mensajeros de los últimos miembros de la antigua Alianza de Mundos, ahora convertida en el germen de la rebelión contra el Imperio.

En Vandal hay representantes de todas las facciones humanas, desde Mordus, Andalore, Federales, Liga de Mundos o El Pacto.

 

La Batalla de Kalaran acontecerá en el año 1033; donde la Alianza es derrotada y en la que el planeta de los Mordus pasa a convertirse en un protectorado imperial. En esta batalla el crucero estelar en el que viaja Jonah es destruido. Jonah desaparece junto con su fragmento del medallón del Sol Negro. Quedando el Mordus relegado tras la figura del imperio a un segundo plano hasta el año 1575 después del Exodus, cuando vuelve a obtener su independencia con forma de aliado imperial. Corran vuelve a ser la capital del Estado teocrático Kalaran.

 

Dentro del Mordus y a parte del detestable Ardel Nomah, el personaje más interesante y misterioso es sin duda su reina; la siempre enigmática Ellaria Clegane a la que nos referiremos en un artículo propio para contar su historia.

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